martes, 29 de marzo de 2016

SpiderWoman-NANI. El Pipa y la Piscina de Palomeras

Cuando era pequeño y cursaba la E.G.B, el primer ejercicio del curso era una redacción sobre lo que habíamos hecho durante el verano. Algunos compañeros de clase contaban lo bien que se lo habían pasado con sus papis en la playa, jugando con las olas y haciendo castillos de arena, en un bucle que terminaba cuando finalizaban sus vacaciones; otros, los que tenían casa en el pueblo, hacían lo propio, pero en su caso, sus historietas eran mucho más divertidas. Y los últimos, la gran mayoría, contábamos la cantidad de cosas que habíamos hecho en el barrio, jugando en la calle, y viviendo mil aventuras.

En mi caso,  la calle donde me crié estaba lleno de niños y niñas. Cada uno tenía de 2 a 4 hermanos, y salvo unas pocas, las familias no podían permitirse económicamente  un veraneo más allá de lo que pudiera ofrecer el barrio en la época estival, y que no eran pocas cosas. En mi barrio, entre los años 82 al 86, el gran descampado y los montículos de tierra que había enfrente de nuestra casa (geniales para deslizarte con los frisos o las tapas de las tazas de wáter que encontrábamos entre los escombros, a modo de auténticos trineos-lumpen), fueron mutando, primero, en unas zanjas geniales, una red de alcantarillado por estrenar, y unas obras que ofrecían mil posibilidades para la aventura y la exploración.

Mi redacción de uno de ésos años podría resumirse en "Este verano, hemos recorrido el barrio de Nuevas Palomeras por el alcantarillado con linternas, hemos hecho en el patio un campo de fútbol con porterías auténticas, construidas con los tablones y redes que hemos 'cogido' de las obras, y hemos organizado un mundialito con chavales de otras calles. En uno de los partidos, vimos a mi madre hacer la Spiderwoman... ah! y nos  hemos bañado en la piscina de moratalaz..."

Os voy a contar, primero, que es éso de que una madre haga la "Spiderwoman"...

Puedo decir orgullosamente que mi madre, la Nani, era la salvación de mucha gente en mi barrio:



- "Nani, le cortas el pelo a Joselito?"
(mi madre no era peluquera, pero hizo un curso "de necesidad" con las cabezas de sus tres hijos -especialmente grandes, sobre todo la del más pequeño -)




-  "Mama! me puedo ir a la piscina?"
- "¡Pero qué piscina ni que piscinaaah!!?"
- " Es que va la Nani, y se lleva a todo el barrio..."
- "Ah, bueno, si es con la Nani..."



Y, entre apaños de costura, sacar el cubo lleno de agua para refrescar a todos los críos del barrio tras un partido de tres horas  desde las 15 hasta las 18 hs de cualquier día de agosto..., su superhit (repetido en no pocas ocasiones):

-"Nani, que nos hemos dejao las llaves dentro de casa, ¿podrías saltar desde la ventana del vecino de al lado?"

Y ahí, era cuando mi madre se ponía el maillot de spiderwoman y pasaba de una terraza a otra, deslizándose por  un pequeño bordillo de no más de 15 centímetros de ancho.

Por lo general, eran pisos no más altos que un primero, pero en ésa ocasión, los caprichos del destino eligieron a una pareja de septuagenarios, que vivían en el cuarto, y mi madre, conmovida por la avanzada edad de los vecinos (y porque se habían dejado la olla puesta), se vino arriba (y tan arriba, ya que no había más pisos) y se lanzó a ejecutar su enésima buena acción del día.

Imaginaos el escenario...

Partidazo. Empate a siete.  Penalti en contra de la portería  que defendía Paquito "el Cebolla", autor de grandes paradones, cantadas, y palomitas-fantasma, hoy en día conductor del 143. Raúl "El Zapa" (actualmente regenta un mesón-taberna en un pueblo de Ávila y le va del copón) se dispone a lanzar la pena máxima.

Coge carrerilla, y pega un patadón al balón con intención de darle al "muñeco", objetivo que cumple con creces, ya que el esférico impacta de lleno en las fauces del guardameta, dejándole K.O. durante unos segundos. En el rebote, se forma una melé que hace que el balón se pasee por la línea de gol, que Javi "El Pachu" (pensionista) saca in extremis (lo curioso de éste mote, mutación de "El Espachurrao"  es que se lo puso su propio padre).

Y cuando los acontecimientos de la recta final del encuentro indicaban que éste iba a terminar en tangana, de repente, una de las niñas que jugaban en los columpios, y que estaba en lo alto del tobogán dispuesta a deslizarse, grita "Miraaad!!! que hay una persona colgada de una terraza del cuarto!!". Y de repente, el silencio se apoderó de todo el patio, hasta que alguien dijo "¡pero si es la Nani, que está pasando de una terraza a otra!" .  Y durante los segundos que duró la gesta nadie dijo nada, hasta que por fin, vimos sus pantorrillas colgar de la terraza contigua,  con la mitad del cuerpo ya dentro de su objetivo, y fue entonces cuando los aplausos, vítores y gritos de algazara se oyeron desde la Avenida de la Albufera hasta la carretera de Valencia ...  del  Alto del Arenal, al barrio de los Álamos.

A día de hoy, me pregunto qué habría pasado si mi madre se hubiera defenestrado, y en ése instante y durante un segundo, me deja de funcionar el cuerpo humano.

 
La Gran Nani en 1975 en la única foto que tengo digitalizada. A la izquierda mi hermano Franchu (otro grande), y a la derecha el que te cuen.

En todo caso, nuestro entretenimiento "estrella" (aunque sólo nos lo podíamos permitir una vez cada dos semanas, como mucho), era la piscina de Moratalaz (que era la que más cerca nos pillaba, ya que sólo teníamos que cruzar la "pista-Valencia" y andar un Kilómetro y medio).  En ésa piscina viví alguno de los mejores veranos de mi infancia. En la adolescencia, empezamos a colarnos por la valla que había entre el polideportivo y el merendero, y a partir de los años noventa, lo hacíamos por la noche o de madrugada, en lo que significaba el epílogo a una gran noche de jarana.

Y es aquí donde aparece otro de los múltiples actores que ha formado parte de mi vida: El Pipa.
 
El Pipa, el día de autos, fue a visitar a mi abuela, la señora Carmen, que se solía poner hasta el culo de fanta-naranja en el Palomeras Rock mientra escuchaba rockandroles con alegría.
En los años noventa mi compadre "El Pipa" y yo organizábamos, junto a otros amigos, el festival “Palomeras Rock”, fregao del que ya os he hablao en el post anterior.


Cuando terminaba el evento y habíamos conseguido pagar a los artistas y proveedores, jactándonos de nuestro triunfo,  teníamos como costumbre (costumbre que se convirtió en un rito) colarnos, una vez avanzada la madrugada, en la piscina de Moratalaz y hacernos unos anchos en pelota picada.

Quiso el destino de ese año (sería el dos mil y poco), que cambiásemos de instalaciones, yendo en ésa ocasión a la piscina de Palomeras, así que nos presentamos en frente del portalón de carga/descarga de dicho recinto y el Pipa, en su faceta más acrobática, se saltó la verja en cuestión de segundos.
Supongo que para redundar la seguridad de la finca, habían soldado una plancha metálica de forma que hacía la valla más alta. Comprobé que era una soldadura bastante cutre en cuanto subí, me descolgué confiando todo mi peso en dicha placa, y ¡Katacrok! :   merendola de hormigón.

Seguramente el estruendo formado por el galletón que me di despertó al guardia de seguridad, ya que vimos moverse la luz de una linterna, lo que nos empujó a amochambrarnos en el hueco que había entre los matorrales que rodeaban la finca y el muro de la valla que daba a la calle.

Al cabo de unos pocos, pero larguísimos minutos en los que no ocurrió nada, nos entraron ganas de mear, así que procedimos a bajarnos los pantalones y los calzoncillos sin asomar por el arbusto que nos servía de escondite y así, en cuclillas, iniciamos una micción inverosímil que tuvo como cénit la gran colocada de marrón. Imaginaos la postal:

Primero vemos la luz que “escaneaba” toda la línea de aligustres y se detiene en nuestra zona por lo que, de forma instintiva, cambiamos nuestra posición, situándonos paralelamente entre el arbusto y la valla. Para que os hagáis una idea, como no nos había dado tiempo a subirnos los calzoncillos, tenía “el frontón” (el perineo) del Pipa a apenas unos centímetros de mi nariz, y su ojete, a otros pocos de mis gafas.

Cuando vi iluminado todo el caminillo de arbustos, incluyendo la espalda de mi compadre, supe que nos habían colocado, al igual que adiviné que lo primero que vio el empleado de seguridad fueron nuestras nalgas dándole las buenas noches.

Lo siguiente fue escuchar el agudo pitido de un silbato, y entonces supimos que estábamos expulsados del terreno de juego. Nos incorporamos, manos arriba, y con los gayumbos por los tobillos y nuestros cipotes mirando al césped, tímidos y respetuosos ante la autoridad, le dije:

“La versión corta es que mi amigo y yo, que nos llevamos muy bien, nos estamos dando por el culo. Si quieres te cuento la versión larga”…


domingo, 6 de marzo de 2016

A Luis Clemente, EL TUTI.

EN LOS ULTIMOS AÑOS,
CON LA CAÍDA DE LAS PRIMERAS HOJAS DEL OTOÑO
TE MARCHABAS.


EN TU AUSENCIA, SE TE EXTRAÑABA
Y MIS DÍAS TOMABAN UN TONO GRIS QUE COBRABAN LUZ CON TU RECUERDO.
Y A TU VUELTA …. LA VIDA.


ESA VIDA QUE TE SOBRABA Y REPARTISTE A CADA UN@ DE NOSOTR@S

ESA VIDA QUE PINTABA, CON EL COLOR DE LAS ESTRELLAS,
LOS MOMENTOS DE TRISTEZA
LAS TARDES DE DOMINGO
LAS MAÑANAS DE TORMENTA.


CON TU MIRADA ME ABRAZASTE
CON TU VOZ ME DESPERTASTE DE MIS PESADILLAS
Y, ANTES DE IRTE, TE DEJASTE ROBAR UN CACHO DE TI.

AHORA, FUISTE TÚ LA PRIMERA HOJA DEL OTOÑO,

PERO NO LA QUE CAE AL SUELO PARA FUNDIRSE EN EL OLVIDO.

VUELA PUES, AMIGO
VUELA PUES, HERMANO.

Y DEJA ESA ESTELA DE HUMOR, ALEGRÍA, Y ESAS BUENAS VIBRACIONES
QUE NOS HICIERON MÁS VIVOS Y PINTARON NUESTROS DÍAS CON LOS COLORES MÁS BONITOS


Esto fue lo que escribí para la "Gala de Las Tres M", gala que, por otra parte, sirve para homenajear a una de las personas más importantes de mi vida y con la que tuve la suerte de compartir muchos buenos momentos, El Tuti (o "El Camarada Clemente", como le llaman alguno de sus grandes amigos y que, como yo, seguimos echándole de menos)

Justo el día en que se celebró esa primera gala me encontraba con los gemelos, Carmelo y el Chuki en Berlín y no pudimos asistir, por lo que fue el Chikitín quien leyó las palabras que escribí para la ocasión.





Mientras el Txikitín recitaba en la Gala del Tuti, nosotros le rendíamos un particular homenaje en un lupanar Berlinense (en la foto, el Chuki, Jesús, robertez y Carmaicol)



  

Recuerdo perfectamente la primera vez que hablé con el Tuti.

Sería 1996 o 97, y nos encontrábamos en la reunión de organización del Palomeras Rock de aquel año. En la edición anterior, a pesar de que los KojónPrieto y los Huajolotes habían puesto patas arriba el Parque del Toro, lugar donde se celebraba, el hostiazo económico había sido importante debido a que se gripó el sistema que alimentaba eléctricamente a los serpentines de cerveza; y de la venta de birra dependía el 80% de la inversión del festival.

Asina que quedamos en el "Parque de Las Tetas"  los pocos  a los que todavía nos quedaban ganas de seguir liándola, para buscar grupos que tocasen por la feis, y conseguir a alguien que nos alquilara el sonido por poca cifra. Allí nos juntamos El Pankorbo, El Lupos, El Pipa, mi vecino "Little John", El Rana.... y el Tuti.

 "Joder, aquí nadie se llama por el nombre que le pusieron sus padres".. pensaba.., pero el Tuti se me presentó  mientras me dictaba su número de teléfono: "Me llamo Luisss" (tenía ésa peculiaridad que hacía que las palabras que terminaban en "s" las silbaba, como si fuese una cobra).

Aquel Palomeras que hicimos fue todo un triunfo (El propio Tuti convenció a los Psilicon Flesh -uno de los grupos más originales que ha dado nuestra historia del rock, precursores en España de lo que se acabó llamando "new metal", aunque ellos lo hicieran 5 años antes de que el iluminado de turno acuñase ése término-, o incluso llevándolo al reggae o al rollo Beatle), pero ése "Palomeras Rock" también significó para mí la conexión definitiva con los que serían, a la postre, mis grandes amigos del Pueblo de Vallekas, y por los que entre otras (no muchas) razones más me vine a vivir aquí, hace 16 años (no supe que llevaba tanto tiempo viviendo en el pueblo hasta que se me petó la lavadora y los del seguro me recordaron que la Lavadora se jode JUSTO al día siguiente al que ellos te cubren la avería).

Desde aquel entonces me perlé de que aquí  apenas a nadie se le llamaba por su nombre. 

A los anteriormente citados Pankorbo, Lupos, Pipa ... (el Rana era de Pablo Neruda, la calle en la que me crié y crecí hasta las 25 castañas), conocí al Punkarrín, al Pepino, a La Pollina, y más adelante, al Ñoski, al Indio,  al Cirigüiti, al Rey León, al Pelorroto, al Chuki, y al inigualable "Chikitín". Entre la primera hornada de personajes, también se hallaba El Robertito. Pero resulta que no se llama Roberto, sino Jesús.

Desde entonces, fueron muchos Palomeras Rock, muchas fiestas compartidas (especialmente las del Kontracorriente) y un millón de risas. El Tuti tenía un humor muy especial y muchas virtudes, tanto emocionales (te cazaba a la primera si te veía con un mal día, o estabas pasando una mala racha, con una capacidad enorme de cuidarte cuando lo necesitabas:  Cuando me sacaron el fistulámen del ojete, El Tuti fue el primero en aparecer. Me estaba esperando en la sala con una bandeja de medio kilo de pasteles, a modo de regalo de bienvenida a mi renacido orto), como otras virtudes artísticas (manejaba los malabares, especialmente el diávolo, de manera, a veces, sobrenatural).

Él siempre estaba en todos los fregaos, pero nunca le gustaba dárselas de protagonista, y por lo general se mantenía en un segundo plano mientras otros hacían el freak, y es que la humildad era otra de sus numerosas virtudes.




Tuti, Chuky, Robertez & Pelorroto. Kalimocho y chistes antes de la actuación de los Motociclón en el descampao  vallado perteneciente a la finca del "Más Música" de Ávila. Veranillo de 2005




Especialmente en  los últimos años, estuvimos muy juntos y compartimos muchas vivencias, como la baza que nos fuimos a Bilbao de carnaval, disfrazaos de los anormales protagonistas  del clásico de Stanley Kubrick, "La Naranja Mecánica" ....


... En aquel año (ponle 2004 - 2005), nos encontrábamos en los inicios del grupo conocido como Motociclón. Como todo el mundo sabe, los mejores años de cualquier grupo musical son los primeros, los que recogen la verdadera esencia, y en nuestro caso, la época en la que dimos conciertos grandiosos en sitios infames (y viceversa), el caso era tocar, y ponerlo todo patas arriba. Y eso fue lo que hicimos en el  añorado y entrañable antro heavy-rocker  "Rock On" de Alcalá de Henares el viernes anterior a mi excursión bilbotarra con mi amigo Tuti.

Ése fue nuestro primer concierto con el grupo del Gorila (personaje que también merece, al menos, un capítulo en este "libro"), Los Fuckland, atronador y acojonante powertrío de grindcore-rocking-rocka. Supimos que terminaron su actuación cuando, de repente, el Gorila lanzó su guitarra contra la batería, y salió espantao hacia la calle, en tanga de leopardo. Cuando salimos a la puerta del local (era pleno febrero y haría entre -2 y 5 Cº), observamos con perplejidad como el efecto del  contraste de la temperatura hizo que saliese una nube de vapor por las greñas y el ojete del singular frontman.

De nuestro concierto sólo me acuerdo del final, cuando me cogieron los 4 zumbaos de la primera fila y me lanzaron, como si fuese un monigote, hacia la batería, y en cuya caída me llevé el plato-raider con la cara, y se me clavaron alguno de los múltiples hierrecillos que sobresalen de cualquier batería en riñones, piernas y espalda. Del resto, ya os digo, no me acuerdo, por lo que seguro que estuvo de puta madre.

El mocarral de aquella noche tuvo que adquirir unas dimensiones extraordinarias, ya que lo siguiente que recuerdo es, (ya dentro de la furgo del Tuti, junto al Chuki,  de camino a Bilbao) cuando paramos en un pueblo de la sierra (no sé si sería Bustarviejo u otro pueblo de la zona del Lozoya) a buscar a Tania (amiga de la cuadrilla del Kontracorriente) y  al Pichín (otro personaje sin par) . Nada más encontrarnos, nos invitaron a que les acompañásemos al "súper" del pueblo..

- "Vamos a comprar"
- "¿Viandas para el camino?" pregunté.
-"No. vamos a pillar papel higiénico"..

Lo que no sabía era que, lo de la compra del papel higiénico era un señuelo para que, mientras la dependienta lo acercaba al lector del código de barras, el Pichín, con una destreza encomiable, se agenciaba un pack de 24 latas de cerveza "Sholtz", llevándoselas con el empeine interior del pinrel por debajo de la mismísima caja registradora.

El trayecto a Amorebieta (localidad Vizcaína dónde el Chuky y el Tuti tenían unas amigas a las que llamaban "las primas") duró lo que tardamos en pimplarnos todas las Sholtzs de promoción. Una vez allí, nos pintamos, disfrazamos, nos jarreamos y enhebramos al casco antiguo de Bilbao, donde nos pegamos una jaia como si no hubiera un mañana. Pero llegó un momento en el que mi cuerpo me dijo algo asina como "Llevas de juerga sin parar desde el puto viernes, cabrón,  dándome una paliza que no merezco. Hasta aquí hemos llegao". 

Y entonces  le dije al Tuti "no puedor. Me voy a sobar" ...

- "no pasa nada, compadre, te acompaño a la furgo, y luego me vuelvo con las primas y la parroquia para seguir de mambo", me respondió.

Y eso fue lo que hizo, aunque, más que acompañarme me llevó, literalmente, hasta acostarme en los asientos traseros y taparme con un saco de dormir.

Pero tras un rato (no sé si algunas horas, aunque ya estaba amaneciendo), me desperté con unos sudores fríos y un mal rollo en el cuerpo humano que me dije "Me voy a dormir a mi puta casa. Mañana ya hablo con éstos". Total, que salgo de la furgoneta, y sin andar más de 100 metros, me cruzo con un taxi, al que paro:

- " Hola buenas noches" le digo al taxista, mientras me subo y me acoplo de mala manera en la parte de atrás.
- "Kaixo!, ¿dónde vamos, pues?" me contesta, mientras arranca y empieza a avanzar..
-" ¿Me puede llevar a la Calle Sierra Gorda, por favor? es que me he quedao dormido  en la furgoneta de un colega y prefiero dormir en casa...."
- "Vaamos...."

Pero a los pocos segundos,  el chófer reacciona, y me pregunta..

- "Ostias, perdona, pero eso de 'Sierra Gorda', dónde queda pues?, esa calle no es de por aquí.."
- "Ya. Es que es de Vallekas" Le Dije. "Ya sé que pilla un poco lejos, pero, ¿qué me puede costar?, ¿20 o 30 Leuros?
- "¿20 o 30? Pero tú sabes dónde estás, txabalote!!??"
- "Sí, en Alcalá de Henares. Hombre, no pilla al lao, pero bueno, se podría tirar el rollo, jefe...."

- "¡Ahí va Dios!, Alcalá de Henares dice!!! JAJAJAJA!!  esto es BILBAO!!"  dice el buen hombre, mientras para el taxímetro.

Entonces comprobé la jugarreta que me había hecho mi cerebro. El sueño letal que tuve en la furgo me trasladó al momento en el que justo empecé  a perder el recuerdo tras la jarana post-conciertil en Alcalá, y eliminó todo lo que sucedió después, hasta el momento en el que el absorto taxista me recordó que estaba en Bilbo.

- "Ya decía yo que usted no tiene acento alcalaíno"... "Algo no me cuadraba"...
-  "JEJEJEHEH No te preocupes chaval,  que currando en el taxi, y a estas horas, peores me he encontrao", "¿qué? ¿damos la vuelta a la manzana y  te devuelvo a la furgoneta de tu amigo, pues?"

....  En ésos momentos, empecé a conectarlo todo, y, más tranquilo (sobre todo cuando comprobé  que el furgón seguía abierto), volví a continuar con mi sueño, en el lugar dónde el Tuti me había dejado un rato antes.


    






Ahora os dejo con la versión del clásico de los años 30 "Baby please don't go" que me hice a mi brondi, adaptando la letra para homenajear a mi amigo, el camarada Clemente en la última Glala de las tres M.
Este ha sido, sin lugar a dudas, el momento más difícil al que me he enfrentado encima de un escenario. 
Va por tí, compadre.
ah!! Gracias a Periko por el video, y a la gente del Kontracorriente y la AAVV de la Unión por dejarme actuar en la gala. Y al publico por acompañarme tan bien en una canción tan desnuda




sábado, 5 de marzo de 2016

a Jorge Garzón

Ayer se fue Jorge Garzón.


Cuando llegué con mis amigos ( y sin embargo hermanos - ¿o era al reves?-) Jesus y Carlos (a.k.a Halford) al hall del tanatorio donde informan de cómo quedan repartidos los fallecidos del día en las diferentes salas de duelo, y ví su nombre en la pantalla, se me congeló la sangre. 

Y noté como un pedazo de mi infancia se moría junto a él.


Unas horas antes, en una conversación telefónica con la Nani, mi madre, ésta me contaba la importancia de la etapa infantil, que, según ella, es la más importante de nuestra vida, ya que es la que realmente nos empieza a definir como personas.
Yo tuve la suerte de tener una infancia maravillosa, y ahora, mientras recuerdo alguno de los momentos vividos junto a Jorge, éstos, habitualmente llenos de color, se tornan grises.



Y mientras surgen mil preguntas sin respuesta, le homenajearé con cada acto del día, recordando la bondad de una persona que, cuando te hablaba, te abrazaba.




 Un beso.