domingo, 25 de diciembre de 2016

25 AÑOS SIN TINO CASAL. PACO LAGUNA (OBÚS) ... y el que te cuén.



Éste año que nos deja se ha cumplido el 25 aniversario del accidente que truncó la carrera artística de Tino Casal.
Decir que murió no sería correcto, ya que los artistas de ése nivel, nunca mueren del todo ya que su legado sigue vivo.
Para conmemorar dicho aniversario, se ha editado una preciosidad de libro-homenaje. En él,  tengo el gusto de compartir estrofas con gente como Igor Paskual o el mismísimo Paco Clavel,  también con amigos a los que admiro, como El Tamar, enormes dibujantes como Mauro Entrialgo, Mr. Bratto, o Mik Baró, o la incansable Lara (Petit Pop- Undershakers) que no solo participa con un emotivo relato, sino que ha sido una de las ideólogas y coordinadoras del proyecto.
Un proyecto que se podría calificar de íntimo, abrazado por la familia y amigos, y que no tiene ningún objetivo comercial, ya que no se venderá en tiendas. Sólo se ha distribuido entre los cientos de mecenas que han hecho posible el libro.



ORO Negro. Peazo de joya, beibe.

Y os preguntaréis... ¿el Robertez en un libro homenaje a Tino Casal?
Si bien es cierto que nunca fui muy fan de su música, los heavies de mi época siempre le tuvimos mucho respeto. Tino Casal era como de otro planeta, un tío auténtico, como el mísmimo  heavy metal (antes de ayer, me crucé con el gran Pepe Mary de BellaBestia, y me decía "Joder! el Tino Casal!! era muy fan del grupo, le encantaban nuestras pintas, y estuvimos a punto de que nos produjera el disco que iba a significar nuestra vuelta en los años 90, pero sucedió lo de su accidente y no se pudo hacer. Pero le encantaban Bellabestia. Y a nosotros Tino!!"


El caso es que, aunque de rebote (mi cometido en el proyecto era poner en contacto a Fortu y Paco Laguna con Lara), al final, pude participar contando un chascarrillo. Imaginaos qué ilusión, poder hacerlo con mis Primeros Héroes....


Ahí va, pues:


Hubo canciones que en su día nos taladraron el cerebro desde la radio-fórmula y la TV (cuando existían programas de Televisión musicales desde los que dogmatizaban al rebaño del público genérico).
La mayor parte eran éxitos de temporada que, desde los medios oficiales intentaron hacer nuestros. Por otra parte, los pseudo-artistas y grupetes de pastel que las interpretaban forman, en nuestros días,  parte de la vergüenza ajena colectiva y ya sólo tienen espacio en algún programa de flashbacks que sirven para poco más que para echarnos unas risas.


Sin embargo, hay canciones que ponen banda sonora a muchas etapas de nuestra vida. Ésas canciones que, hayan formado parte o no de un espacio importante de la historia de la música, sí lo han hecho de nuestra propia historia, porque son canciones que nosotros mismos hemos convertido en hits, hayan sonado o no en la radio.
Casi desde que tengo recuerdos,  he sido un  devorador compulsivo de música (especialmente de blues, punk, pop,  soul,  -y, sobre todo- rock & heavy metal) y en general  de todo lo que no tuviera nada que ver con el tecno ni los hits de turno que nos meten por la radio o por internet (el otro día vi un anuncio que es para que se nos caiga el costo. Rezaba algo así como “¡Apúntate a MTV faker!! ¡Y te hacemos las listas con las canciones de moda!! Creamos por ti una lista de reproducción a tope guay para que no tengas que hacerla tú!! Kámon beibe!!”).


En mi caso particular tengo un recuerdo especial de mi infancia, porque al fin y al cabo, es en la infancia donde damos forma a nuestra personalidad. Y porque fueron ésos días de proto-consciencia musical las que me marcaron y me definieron como infra-ser.


Entre los años 80 – 83,  andaba por el primer grado de la EGB. La zona de Vallekas en la que me crié estaba rodeada de descampados y montículos formados por la arena y los cascotes que descargaban, casi diariamente, los camiones de los escombros, y que convertían la escombrera en una cordillera genial para la exploración y el juego.


El colegio al que iba estaba ubicado en un local vecinal e íbamos al recreo a un parquecillo público. Al lado de ése parque, coronado por un poste de la luz (un tronco que se movía más que las piernas del Elvis) había un montículo que utilizábamos como “tobogán-lumpen”.  A la salida de clase, armados con los frisos que habíamos encontrado en la escombrera, hacíamos unas carreras que eran letales. De repente, uno de los  amiguitos de competición, gritó “Subeee al coche, reina de la noche, olvida tu mal humooououor”.  “Ahí va!” –pensé- “qué guapo!”. Era la primera vez que el estribillo de una canción era ubicable en una aventurilla de extrarradio.


Mi cole estaba a unos  300 metros de mi kerfo. Como los amigos de mi calle iban a otros colegios, gozaba, digamos, de dos parroquias. La de mi clase, y la de mi barrio. Y si  con los del cole, el estribillo del “Embrujada” de Tino Casal fue el grito de guerra cada vez que nos tirábamos por la cuesta de un montículo con un friso (si alguien conseguía la tapa de una taza del váter, de tal velocidad que pillaba, se ahostiaba antes de terminar la tonadilla), con los de mi calle, fue  el “Yo sólo lo hago en mi moto” de Obús, mientras pedaleábamos por las calles sin asfalto del poblao chabolista del “cerro del tío Pio”.  “Rodando!! Fuera de controoool!!! … Rodando!! Me siento mucho mejooooououooor” ….  Gritaba, inconsciente de la conexión que existía entre ésta, y la canción que cantaba con los de mi clase…. Fue cuando, a partir de entonces, abracé al Heavy Metal.
Poderoso.... la primera cinta que me compraron.

Los niños buscan héroes. Desconocíamos el significado de palabras como “glamour”, “ambigüedad” o  “cutre-lux”, por lo que no nos metimos, ni de refilón, en aquella escena denominada “Movida Madrileña” y cuyos representantes,  con ésas pintas de enfermos perpetraban ésa musiquilla pastrucera,  estaban muy lejos de la galaxia a la que pertenecían nuestros ídolos…

Tachuelas, greñas, guitarras de flecha, chupas y camisetas rotas por la batalla, pantacas con piel de serpiente. El bajo, con forma de hacha, tenía  sangre en su filo: seguramente eran los restos de la decapitación de algún pijo. No se les veían las botas. Se movían subidos en una nube de humo de motor. Eran Poderosos como el Trueno.  Como 100 misiles nucleares.

Entonces, cuando cumplí los 10 años, mis padres me acompañaron a una tienda de electrodomésticos (que eran los sitios  dónde mayormente se podía comprar música en el barrio) y me compraron la cinta del “Poderoso como el Trueno”, el segundo y por entonces último disco de Obús. Cuando la puse en el radio-casete-mono familiar, aluciné. Y el flipe, de una forma u otra, no se me ha quitado. En esos días, me aprendí las letras y me sabía el orden de las canciones. En el interior de la carátula, ponía “Producido por Tino Casal”, y aunque hasta que no me metí en un grupo de rock, 20 años después de aquel mágico momento, no tenía ni idea qué hacía exactamente un productor, siempre me intrigó cual sería la relación entre los intérpretes de dos de las canciones más entrañables de mi vida, aunque estilísticamente, una estuviera en las antípodas de la otra.

Y ha sido Paco Laguna, el héroe que empuñaba la guitarra de flecha y aparecía en ésa mítica portada del citado “Poderoso como el trueno” quien ha aclarado las múltiples preguntas que me he hecho en torno a la relación que pudiera haber entre Tino Casal y Obús.

“Conocimos a Tino Casal a través de Zafiro,  nuestra compañía de discos. Luis Soler nos lo presentó. Vino a nuestro local de Vallekas; Tino aún no era famoso ni había pegado el pelotazo, por lo que apenas le conocíamos, pero flipamos con la cultura musical que tenía, especialmente de música Rock. Rápidamente hubo una especie de magia entre nosotros, Tino era una persona increíble y le cogimos cariño enseguida…”
 
Vuelvo a escuchar  “Prepárate” y “Poderoso como el trueno” y aparte de que me imagino que su sonido (sobre todo el del segundo) fue revolucionario para un grupo de Heavy Metal, éstos han envejecido de puta madre, muy lejos de las “modern-heces” de la época. Supongo que Tino Casal fue decisivo en esto, pero Paco me lo aclara... “Aunque las canciones ya las teníamos trilladas en el local y no se metió en la composición de las mismas,  él aportó muchísimo en las voces, los coros, los efectos… efectivamente, escuchas ésos discos  después de más de treinta años y siguen sonando actuales”.

Hace no mucho vi la interpretación que, en su día, hicieron Obús del tema homónimo del “Poderoso…” para el programa “Tocata”. Cuando escuchaba el disco, ni me perlaba que era otra voz (la del mismísimo Paco) la que interpretaba dicha canción, por lo que pensé que quizá sería idea de Tino “No fue, exactamente, idea de Tino, pero él me animó. Además, en ésa canción vimos la posibilidad de que Fortu doblase algunas líneas de guitarra, y visto el resultado del disco, lo llevamos al directo, con un resultado cojonudo.

 
Cuando  le cuento que, siendo pequeño,  los heavies de la época odiábamos el tecno, los modernillos y todo lo que se llamó “nueva ola” pero que Tino era bastante respetado por todos, apunta “Dentro de los círculos cercanos a Obús y  nuestros colegas del rollo, Tino era muy respetado. En cuanto le conocían, y eran conscientes de la cultura que tenía, no ya sólo musical sino también a nivel artístico en general (moda, diseño etc…) se lo flipaban. Con el tiempo, la gente le fue conociendo y apreciando”.  Continúa “Incluso nos influyó a la hora de elegir el vestuario en nuestro segundo disco, hasta el punto que él mismo  diseñó alguno de los modelos que utilizamos a partir del “Poderoso”. El siempre estaba, digamos “con la radio puesta”, viajaba a Londres cada dos por tres y bien se perlaba de las tendencias, o bien se lo  inventaba. Estéticamente era revolucionario, escandaloso.
 
¡Y el logo de Obús! ¡El que utilizamos desde el segundo disco y se ha convertido en nuestro icono a lo largo de nuestros más de treinta y cinco años de historia, Lo creó Tino!

Decía “Tíos, tenemos que hacer un logo que sea totalmente heavy metal”, ¡y mira si lo hizo!”



EL LOGO!
Entiendo que teniendo en cuenta que el buen rollo creado y admiración mutua existente entre el divo asturiano y el grupo de Heavy Rock Vallecano su relación trascendería a lo personal. Teoría que Paco me confirma “Salía desde por la tarde, y era bastante noctámbulo. Nosotros quedábamos a veces con él (especialmente Fortu). Él era muy popular entre las huestes de la modernidad y tenía muy buenos amigos como Almodóvar o Fabio McNamara”

Volviendo a lo musical, nos comprásemos o no los discos de de Tino Casal, muchos pensamos que, con la gran voz que tenía podría, no ya haber liderado un proyecto cercano al heavy rock, pero al  menos sí hacer alguna colaboración, o single. … No sé si los Obús, o la gente de la escena más dura, y en la cual se movía y hacía respetar, le metió el gusanillo del metal..

“Él aportó su voz en los coros. No se metió al heavy ya que cuando le conocimos él todavía no había despegado, pero cuando su rollo pegó el pepinazo, se implicó totalmente en su carrera, ya que tenía muchas galas, actuaciones en TV, giras, y debía continuar con su producción discográfica…

De todas formas, él siempre estuvo cercano al Rock. De hecho, su banda de directo era un grupo de Rock”
 
Después de aquel encuentro, y espectacular continuación, a Obús le tocaba dar otro paso. El siguiente disco, el aclamadísimo “El que más” (no en vano fue disco de platino y se llevó premios a cascoporro) fue  producido por el propio grupo, con Mark Dodson a los controles (ingeniero de artistas como Joan Jett, Ozzy Osbourne o los mismísimos Judas Priest, uno de los grupos de referencia de los propios Obús). Pero la “separación” con Tino, no fue dolorosa precisamente …

“… es que no hubo una separación cómo tal. El ya estaba triunfando como artista y, aunque no se metió en la producción, estuvo al tanto de todo el proceso. “El que más” lo produjimos nosotros, empleando todas las enseñanzas que recibimos de Tino con los discos anteriores. Nos surgió la posibilidad de hacerlo en los Estudios Mediterráneo de Ibiza (propiedad de Dave Holland, batería de los Judas en ésos tiempos).

Nada más terminarlo, se lo pusimos para que lo escuchara y le encantó. ¡Y por supuesto que colaboró! ¡Él es el autor de la portada!!

Ya te contaba que Tino era un artista excelso, y como diseñador también era un genio. Él mismo se curró a mano la maqueta en relieve de la portada y la contraportada y todos alucinamos cuando la vimos.
 
Después de todo, la relación siguió hasta los últimos días…

“Te ves menos, porque tienes compromisos, pero nos teníamos mucho aprecio.

Hubo un momento en el que Tino tuvo que interrumpir su carrera debido a un problema óseo. Tras la operación, estuvo retirado en un pueblecito de Castilla-León (creo que por Burgos). Una noche, tocamos cerca y aunque él no se pudo pasar debido a su convalecencia, vino un colega suyo y luego nos fuimos con él a hacerle una visita. Se partía de risa “¡Con las pintas que traéis, si nos ven juntos podrían pensar que estoy de baja por las drogas!” decía, irónicamente.


El accidente que acabó con Tino fue una terrible sorpresa. Habíamos estado juntos un par de días antes.

Ahora, después de tanto tiempo, te das cuenta de hasta dónde te puede marcar una persona. Ya te digo, a lo largo de más de 35 años de carrera, Obús hemos conocido a mucha gente, alguna maravillosa, pero Tino es sin duda, una de las mejores y más entrañables personas que hemos conocido”.




__________________________________________________________________


La verdad es que poder redescubrir a Tino Casal ha sido un flipe. Alucinar con los Archiduques cuando Tino apenas tenía 18 castañas, o con el "Emborráchate", peazo de himno al pimple y al escanciamiento de sidra a topor.

O, ya dentro de la época del Tino Casal conocido por todxs, descubrir un hit disco-ROCK como es Billy Boy. Os dejo, respectivamente, los tres videos, para que os empapéis de la grandeza de un prenda que se estaba reinventando continuamente...